domingo, 4 de julio de 2010

MANUELITA SÁENZ, A UN SIMBÓLICO REENCUENTRO CON SIMÓN BOLÍVAR


CARACAS/EFE Julio 3. Por Esther Borrell.- Un cofre con tierra que representa los restos de Manuelita Sáenz llegó a Venezuela para ser colocado junto a la tumba de Simón Bolívar, en un reencuentro simbólico de quienes fueron amantes y aliados en la gesta independentista.

Los "restos" de la heroína ecuatoriana, que entrarán el lunes en el Panteón Nacional venezolano en presencia de los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y Ecuador, Rafael Correa, fueron recibidos este sábado con todos los honores en la ciudad de San Antonio de Táchira, en la frontera con Colombia.

La urna, que contiene tierra de la casa de Paita, puerto de la costa peruana donde murió en 1856 la llamada "Libertadora del Libertador", emprendió el camino a su última morada a principios del pasado mes de mayo en la frontera de Perú con Ecuador, y recorrió los países andinos entre homenajes y tributos.

Tras los honores en San Antonio, el cofre fue llevado hasta el aeropuerto de Maiquetía, a unos 30 kilómetros de Caracas, donde le esperaban más ceremonias oficiales de bienvenida, antes de llegar a la capital para su cita del lunes en el Panteón donde reposan los restos del prócer independentista.

"Una mujer que, más allá de tener estrechas relaciones amorosas con el Libertador, luchó por liberar a los pueblos del colonialismo y por una América unida", dijo de Manuelita Sáenz el embajador de Venezuela ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), Jorge Valero, en la presentación de los actos de homenaje que comenzaron este viernes.

Cinco libros reeditados, la emisión de una colección filatélica dedicada a su figura, obras de teatro y coloquios forman parte del reconocimiento que le brindan ahora los gobiernos de Venezuela y Ecuador en el marco de una campaña denominada "Manuela Vuelve", que se ha apoderado estos días de las instancias oficiales venezolanos.

Los "restos" de la mujer que acompañó a Simón Bolívar (1783-1830) en los últimos ocho años de su vida permanecerán en la Casa Natal del Libertador, en el corazón de Caracas, hasta ser llevados al alta patrio este lunes, día en el que se celebran los 199 años de la Declaración de Independencia de Venezuela.

Chávez y Correa serán testigos del gran homenaje a la memoria de la heroína ecuatoriana, que ambos han promovido a "Generala" de sus respectivos ejércitos, y su "reencuentro" con el prócer independentista fallecido en 1830 en Santa Marta (Colombia), y cuyos restos fueron trasladados a su ciudad natal en 1842.

Según los historiadores, Manuelita Sáenz de Thorne, de padre español, conoció a Bolívar en un baile de gala en Quito en 1822, cuando la incorporación de Ecuador a la Gran Colombia, y desde aquel momento compartió su vida, sus luchas políticas y sus batallas militares. Nacida en la capital ecuatoriana en 1797 ó 1798 -según distintas biografías- y casada con un rico comerciante inglés, James Thorne, Manuelita era ya militante de la "causa patriota" en el Perú revolucionario, donde vivía con su esposo antes de volver a Quito, y unirse al Libertador.

Durante ocho años lo siguió en un camino de gloria y luego de derrotas, de Quito a Lima y de allí a Bogotá, ignorando las críticas que suscitaba su situación, mientras se convertía en "coronela" y participante activa en la batalla militar y política por la independencia e integración regional. Cuentan sus biógrafos cómo, gracias a sus habilidades, su inteligencia y su belleza, consiguió desbancar conspiraciones e incluso salvar la vida de Bolívar en 1828, por lo que se la llamó "Libertadora del Libertador".

Tras la renuncia de Bolívar a la presidencia de la Gran Colombia en 1830, su partida, enfermo, a Santa Marta y finalmente su muerte ese mismo año, Manuelita Sáenz sufrió el aislamiento y desprecio de quienes eran sus adversarios, pero también de quienes la habían adulado, y buscó refugio en otras tierras.

Acabó finalmente en un puerto de la costa peruana, Paita, donde vivió más de 20 años, pobre y luego inválida, con algunas visitas, dicen, como la de Simón Rodríguez, el que fuera maestro de Bolívar.Murió en esa localidad en noviembre de 1856, víctima de una epidemia y, según los historiadores, fueron quemadas todas las pertenencias que le quedaban. Se presume que su cuerpo fue arrojado a una fosa común.

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