domingo, 2 de mayo de 2010

EL REENCUENTRO CON LA TIERRA DE MANUELA


Por: Miguel Godos Curay

¡Manuela de Paita!. ¡Manuela de Quito! ¡Manuela de América!. Mujer espada, mujer pasión, centauro desbocado, mujer dinamita, conciencia y libertad, acción y palabra, mujer signo y estrella. Mujer huracán y torbellino. Pétalo y silencio, ternura y rabia al mismo tiempo. Mujer dialéctica, causa y consecuencia, mujer con los pantalones bien puestos, mujer hermosa de numen estremecida por las olas del mar. Mujer refugio para el guerrero, mujer ligada indisolublemente a la política y los designios de la patria. Mujer de fuego y de nácar. Flor silvestre de Quito, fenómeno natural que no descifra la ciencia. Mujer guerrera, amazona vestida de república, mujer libre como el viento. Audaz como los cormoranes que siguen los veleros en alta mar. Mujer mujer.

Te viniste a refugiar a Paita frente al Pacífico porque la contemplación serena del mar inunda los corazones solitarios de paz y de lágrimas. Y aquí se acabó tu vida echa jirones y ni la guadaña de la peste pudo extinguir tu amor que ardió con la quinchas del viejo puerto destruidas por la rabia del pirata. Manuela, recorrió las calles recogiendo párvulos para enseñarles el abecedario y entender que la libertad no es un “departamento del Perú” o una “estatua” en Nueva York. Manuela, con mayúscula conspiradora pura. Recia pistola para perforar las conciencias de todo un continente.

Manuela, buena señora de sus comadres cholas y sus negras jamaiquinas aceituna. Manuela cofrade de la Merced que con las Benites, las Castillo y las Orejuela organizaban los ruegos y los velorios por la libertad de América. Manuela fusil, Manuela agua para la sed devoradora, Manuela historia, Manuela batalla, Manuela gloria de América. Manuela de Quito y Manuela de Lima Caballeresa del Sol y patriota consumada. Manuela de Septiembre a quien Bolívar llamó para la posteridad:”Libertadora del Libertador”. Tu nombre está escrito en los viejos callejones del puerto y en la noche envuelta en tu mantón de bruma recorres Paita para auxiliar a don Alexander Ruden, el Cónsul Americano en Paita en menesteres de la traducción. Corres entre las sombras mientras los marineros ebrios entonan canciones en una babel de lenguas. Los balleneros recalan en plena madrugada en la bahía. El puerto duerme entre los relatos de ballenas endemoniadas y cachalotes gigantescos que los viejos bucaneros por una copa de ron cuentan y encandilan a los mozos de Paita.

Manuela la amiga de Garibaldi. La anfitriona de Ricardo Palma. Manuela fantasmagoría que todas las noches recorre las orillas risueñas del mar con su pasión por la unidad de América a cuestas. Manuela milagro silencioso que renace en todos los plenilunios con la luna. Manuela palabra en tiempo presente en los recuerdos y en las evocaciones sentidas de los bardos. Manuela de Paita reclinada en su silla de ruedas, venerable anciana. Venerable señora. Venerable entre las venerables viejas de Paita. Mujeres de armas tomar. Mujeres con decisión y coraje. Mujer mujer.

Mujer de Quito, bramante río que recorres las cordilleras. Mujer hermosa, capullo encarnado que penetra la inmortalidad con su aroma incomparable. Manuela confidente más segura que una fortaleza inca de piedra. Manuela frágil como el quinde que bebe el néctar de las flores. Manuela química pura de lealtad a la patria. Alquimia de sentimientos tan nobles como la piedra filosofal que transmuta la que toca en oro.

Generala condecorada con los astros que titilan en la noche y llenan de color el firmamento. Manuela carta abierta para la libertad de América. Manuela imprenta e impronta. Sangre y tinta. Coraje y furia. Sonrisa e ironía. Manuela de las manos regordetas y sensuales para las caricias y colocar con precisión las balas. Manuela volcán. Cabellera que discurre como el agua en catarata. Manuela sabor a pescado frito y galleta. Manuela cafecito en el Zanjón. Manuela que asomas invisible en todos los balcones al caer la tarde. Manuela que acaricias sueños y grandezas. Manuela a la que con devoción amamos los libérrimos. Manuela de la Cofradía de los Contestatarios. Manuela con vocación de socialismo cuando el socialismo era una epidemia de justicia y humanismo. Manuela verso, Manuela palabra, Manuela, gentil paloma mensajera con un mensaje a la eternidad.

Manuela mártir por causa del amor a Simón de América. Manuela fórmula para conjurar los olvidos. Tu tierra que es la tierra entrañable de Paita se va como un recado Quito, a Bogotá y a Caracas. A un reencuentro espiritual que despierte la unidad entre los pueblos. Manuela de mayo, de noviembre y de todos los calendarios. Manuela, flor inmarcesible, bienaventurada semilla que en la humildad enorme tejió su vida con hilos imperecederos de inextinguible grandeza.